viernes, 4 de marzo de 2011

¡Sácate las Dudas!


¿Tienes alguna pregunta sobre algún tema judaico que te está molestando hace tiempo? ¿Quieres escuchar una buena respuesta a tu buena pregunta?

¡Esta plataforma es lo que estas buscando! 

Deja en los comentarios o manda un mail a info@rambamdiario.com con tu pregunta y cada semana por medio el Rabino Eliezer Shemtov contestará una pregunta por escrito o por YouTube.

Para mostrar que ningún tema es tabú y que realmente la oferta va en serio, compartimos con ustedes dos preguntas dirigidas al rabino shemtov por el sitio jai.com.uy.(Las preguntas pueden ser anónimas).

¡Arremangarse!


Pregunta:

¿Qué opina de la aceptación de la Knesset de la validez de las conversiones realizadas fuera de Israel, dándole legitimidad a los rabinos de la diáspora?

Respuesta:

Creo que se refieren a una decisión de la Suprema Corte de Justicia y no de la Kneset. De todos modos, ni la Suprema Corte de Justicia ni la Kneset están habilitadas para decidir quién es judío y quién no lo es. Ser judío es una condición religiosa y debe ser definido por autoridades religiosas competentes, independientemente de donde viven, si en Israel o fuera de Israel. La Kneset y la Suprema Corte pueden decidir quién es ciudadano, pero no quién es judío ni quién es rabino.

La Kneset y la Suprema Corte de Justicia deciden qué hacer con los judíos (y no judíos) que viven en Israel; no están en condiciones de definir qué es lo que el judaísmo opina al respecto, ya que no reconocen a la Torá como autoridad máxima y sus decisiones – por su propia definición - no necesariamente coinciden con el judaísmo.

Pregunta: 

¿Las relaciones íntimas son solo para concebir o se acepta hacerlo solo por placer?

Respuesta corta:

No es solo para procrear; tiene también la función de proveer placer al cónyuge. 

Respuesta completa:

Tomo como un dado que esta pregunta está hecha refiriéndose a la pareja casada, ya que las relaciones íntimas fuera del matrimonio están prohibidas.

Uno de los fundamentos del judaísmo es que no hay nada fuera de la jurisdicción de D-os. Todo fue creado por El y está para servirLo. Aun aquellas cosas que uno hace en la privacidad de su casa pueden o no concordar con la voluntad Divina. La conexión con D-os no se realiza solamente en la sinagoga, sino también y principalmente en los actos de la vida cotidiana. Está en uno elegir invitarLo a D-os a sentirse cómodo en la vida personal de uno u optar por negarLe la entrada.

Así que uno puede conectarse con D-os o desconectarse por medio de algo tan aparentemente irrelevante como su plato de comida como también por medio de la manera de realizar sus relaciones íntimas. 

Veamos cómo.

"Por lo tanto el hombre deberá abandonar a su padre y a su madre y se juntará a su mujer y serán una sola carne" (Génesis 2:24)

Las relaciones íntimas entre el hombre y la mujer se pueden entender de varias maneras.

Hay quienes ven en las relaciones íntimas entre el hombre y la mujer algo impuro o 'animal'. Entienden que para lograr un nivel espiritual alto, es posible solo por medio de la abstención. Para quien no pueda aguantar la abstención, se 'tolera' las relaciones íntimas dentro del marco del matrimonio. 

Por el otro lado hay quienes ven en las relaciones íntimas algo 'natural', sin culpas y vergüenzas. Lo que se le ocurren a dos adultos hacer en su privacidad está OK.

¿Qué opina el judaísmo al respecto?

El judaísmo opina: Depende. Las relaciones íntimas entre el hombre y la mujer pueden expresar lo más elevado del hombre como lo más bajo. Depende de varias cosas.

La palabra hebrea por 'matrimonio' es Kidushin, o sea 'consagración'. El judaísmo ve en la relación íntima entre la pareja el potencial de lograr la expresión máxima de divinidad, santidad y de espiritualidad.

En el judaísmo es una obligación casarse.

Dentro del marco del matrimonio, las relaciones íntimas se permiten no solo con el objetivo de procrear. Es una obligación que el hombre tiene de satisfacer las necesidades emocionales y físicas de su esposa, independientemente de la procreación posible. Por ejemplo, aun cuando consideraciones de salud indiquen que haya que tomar medidas para prevenir el embarazo (solo están permitidas los métodos que utiliza la mujer), mantener relaciones íntimas para satisfacer a la esposa sigue siendo una Mitzvá (deber religioso) de la más alta prioridad.

Se entiende que la unión entre la pareja no es solo una condición física o emocional, sino también una unión de almas en todos los niveles. Es un acto que tiene el objetivo de unir dos personas en sus niveles más esenciales. 

Pero ese nivel de unión no se logra así nomás.

Para que las relaciones íntimas adquieran una dimensión de santidad y de elevación espiritual tienen que realizarse de acuerdo a las normas que la Torá nos indica.

Las normas básicas son: 1) que se realicen exclusivamente dentro del marco del matrimonio; y 2) que las relaciones entre la pareja se realicen conforme a las leyes de 'Pureza Familiar', o sea las leyes de 'Mikve', absteniendo de contacto físico durante el período de la menstruación y durante una semana después y resumiendo las relaciones luego de la inmersión de la mujer en la Mikve al completarse ese período; 3) que las relaciones íntimas respeten las normas de recato delineadas en la Ley Judía (consulte los detalles con su rabino o con su esposa [sorpresas agradables aseguradas]...).

Uno puede realizar dichos actos como un hombre o como un animal.

¿Qué determina si es como un animal o como un hombre?

La diferencia entre el hombre y el animal es que mientras el animal responde indefectiblemente a sus instintos y no los puede modificar ni controlar, el hombre es capaz de dominar a sus instintos y canalizarlos. El animal piensa solo en si mismo mientras que el hombre es capaz de pensar en lo que es correcto e incorrecto y en las necesidades y beneficios del prójimo. 

Pensar solo en lograr el placer personal es un instinto y comportamiento animal y egoísta. No tiene nada que ver con amor. Preocuparse por asegurarle el placer a la pareja es lo que transforma el acto en un acto sublime y de verdadero amor.

Así que en resumen podríamos decir que el judaísmo ve como objetivo prioritario el proveer placer al cónyuge dentro del contexto de las relaciones íntimas aun cuando no es posible el objetivo de la procreación.

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